El Hijo Idiota


A lo largo de la vida uno va desfilando por diversos lugares; unos más anormales que otros. Siempre hay algo distinto en cada uno de estos. Así también hay un idiota presente. Y no sé bien por qué desgracia de la vida esta anormalidad es una sucesión interminable y mortificable: El hijo idiota. No soportaría tener uno. Creo que si pudiera saber cuán idiota puede ser éste le arrancaría del vientre sin siquiera pensarlo.

Existe muchos tipos de hijos: Está el hijoeputa, el mimado, el amanerado, el maricón, el que se lima las uñas, el que le gusta cocinar, el que no le gusta bañarse, el pastrulo, el que nunca se peina o aquel que si lo hace se hecha laca, el pelilargo, el pelicorto, el peliagudo, el peliarrecho, el único hijo, el santurrón, el pendejo, el florero,el jeropa...Todos distintos pero ninguno como el Hijo Idiota.

He desfilado por distintas aulas: las del kinder, las de la escuela, las del cole, las del instituto y las de la universidad. Siempre en una de ellas he encontrado un Idiota. Y en alguna de ellas el estado de idiotez pudo resultar entretenido, pero en las demás fue desagradable.

Conocí a Tito, un idiota agradable, pero lerdo ante situaciones simples. También está Luis, siempre empeñado en ponerse en aprietos. Y Edwin, al que por Idiota mi hermano le metió un arañazo en todo el rostro con apenas cinco años.

No podría soportar un hijo idiota. Mi padre no me enseño a ser tolerante en esos menesteres. Ser Idiota es una raza a la que no pertenezco y a la que no quisiera que nadie más perteneza, pero siempre hay alguien que se empeña y se convierte en excepción. A pesar de todo, que más se puede esperar si la generación antecedente es siempre idiota: tu abuelo idiota, tu padre idiota, tu madre idiota. Y tú , educaraá otro más.

Con V... de Volver


Cuanto tiempo ha pasado? Seis o siete años? No sé. Puedo decir que fuiste una de esas personas que uno
conoce para bien. Podría decir que fue causalidad, la piedra que espera el zapto y a la que no podré olvidar aunque lo intente. Verónica, tan simple!!! Me encantaba cuando tratabamos de alargar nuestras peleas, más allá de lo que debieran haber durado. En realidad no sé cuándo empezo todo, ni cómo empezó. Pero en algún momento sucedió, porrque de no ser así no estaría hablando de un final...Me entendés? Quizá fueron tus dos mitades (una peruana, una venezolana), quizá fue ese cabello rizado los que llevo conmigo en "las que miro" Seguro que eso es..

No estaría contando esta fracción de juventud, si no fuera porque estoy agotado y todavía tengo orgullo. No estaría contando esta historía si no fuera porque "Volví a verte", y fue sin querer. Bien dicen que uno busca las cosas ¿No sé? Hace una semana que decidí huir de un lugar con la esperanza de encontrar en aquel otro
cosas nuevas, pero volví al recuerdo: al barrio fugaz. Solo sabía que en una especie de desobediencia decidiste enrumbarte a otro destino. Para fortuna mía no coincidirías más conmigo: y volví. Uno de esos personajes antiquísmos me comentó que habías preferido la Cotabilidad antes que la Ingeniría. ¿Novedad?
Siempre mostraste que tenías ese desgano único e irrepetible.

Y volví a verte, pero no voltee. Creía conocerte. Habías cambiado el castaño por el negro, la ropa adolescente por la pesadumbre del negro. Ahora pareces tan madura...Quizá son ilusiones. Me aleje de mala manera, es que no sé perder: vaya que no sé perder. Lo que borra el tiempo trae el recuero, dicen; y es cierto. Borre todo y, es más, tomamos rumbos distintos; pero volví. Hoy pasó lo mismo. Caminaba por la acera de una céntrica calle. Me detuve a ver los diarios en frente a una especie de noticiario instalado al paso, como esperando que pasaras. En realidad no pensaba en nada, es un viernes cualquiera y las responsabilidades a la mierda...Sí, a la mierda (24 horas)

Hastíado de este triste y horroso clima dedicidí volver a casa. Así que me dirigí hacia la avenida prncipal para tomar el bus. Y a lo lejos te ví; cada vez más cerca del inevitable encuentro -Estabás allí, eras tú-. Solo atiné a desentenderme de la situación y cruzar como si fueramos extraños, a pesar de todo sé que ya sabes quien soy... Nunca lo has olvidado. No sé que voy a hacer cuando me cruce contigo otra vez y no haya nada más que nosotros dos: Talvés finja ceguera.