Sentimientos aparte

Ayer, luego de una rutina de ejercicios esmerada, salí de casa rumbo al centro de idiomas... había faltado el día anterior y no tenía ganas de tirar por la borda todo lo que estaba construyendo. La maldita enamorada había faltado los dos días anteriores a los que el los había hecho y tuvo como magnífica venganza no comunicarse para contar lo que pasaba por allí. Cierto es que tampoco el lo hizo, pero acaso es malo olvidarse de las cosas?
Era viernes y era momento de detenerse, de dejar de buscarle sin sentidos a la vida, de entrar al salón de clases y poner cara de que no sucede nada. El se había enterado que en la noche habría un recital de música fusión en el C.C. España y, como es fin de semana, no cae mal un instante de relajo acompañado por nuevos sonidos y por un abrazo cálido.
Dicho y hecho, entro al salón de clases a golpe de las seis de la tarde. Para su suerte, el insoportable profesor había abandonado el salón por unos instantes y el invadido éste a efecto de centella. Allí estaba ella con su vestidito verde agua y su talante de malgeniada, de resentida... No había lugar a su lado así que tendría que esperar hasta al final de clase para conversar con ella, sí es que se dignaba a esperar y no salir huyendo del lugar.
Este mismo día coincidió con algunas exposiciones versadas en una película de sus preferencia. La novedad de la tarde la daría Andreita con su entretenida exposición de Zona de Miedo, luego de ella desfilarían una sarta de inútiles, que no sirven para ejercitar su capacidad intelectual, y casi al final saldría al frente Ella.
Su exposición fue un fiasco de principio a fin, esta situación ya se había hecho habito; el le había repetido cientos de veces que no tuviera miedo de expresar lo que sabe, que simplemente se deje llevar; pero su reticencia puede más que su paciencia.

La experiencia de la inasibilidad

A lo largo de la vida, hasta entonces, se pasan por diversas experiencias. Unas, más reconfortantes que otras. Se ha recorrido por diversos caminos; se ha conocido distintas personas. Sin embargo, nunca pretender quedarte prendido de alguna. Se ha preferido seguir el rumbo, mantener la mirada al frente, despedirse de lo que se ha podido, renunciar tantas veces. Mantener el sobre orgullo, alimentar las victorias y abandonar los fracasos, mantenerme el exceso, despreciar lo absceso, sobrellevar los recuerdos. Y siempre quedarse con lo útil, así se intenta continuar....

Zoé

La bruma se había extendido por toda la costa. Si alguien estaba alegre no había duda que era Zoé; cómo le gustaba mostrar sus diminutos dientes cada vez que podía, siempre lo hacía con una discreción que parecía engaño.
Miré el reloj cuando daban las seis. Sí, las seis de la tarde cuando de pronto cayó la bruma; cosa que parecía imposible pues aquí hay suficiente sol para cada mes del año y cada mes es más ardiente que el anterior. Caía la bruma y con ella la seriedad de Zoé. Era como si el mal tiempo la hubiese envejecido con el correr del viento y el desfilar de las nubes como si se tratase de una película y su vida un pedazo de secuencia con efecto time lapse. Vertiginoso tiempo el que había pasado en tan pocos segundos, solo recodábamos no haber traído los abrigos ¿quién se acuerda de tomar un par de suéter cuando el sol brilla?
Zoé me suena a Italia, más bien a Francia. Corrían los 90's y lo hacían a paso de novela; ella viajó a nuestras tierras para hacernos saber que existía, que por alguna razón poco conocida nos conoceríamos y que más allá de un nombre sería una especie de presencia intermedia entre dos costumbres opuestas.
Zoé vino para que el hermano único de un desconocido la amara con frenesí, mientras ella haría el intento por corresponderle, pero cada intento resultaría más inútil que el anterior.
Zoé amaba al hermano de ese hermano único por razones que el cuerpo ni la mente controlan solo porque sí, porque llegó en el momento en que las mujeres se ponen sentimentales; casi, casi una cuestión inevitable e incontrolable.

No hay suficiente bolsillo para el tiempo;
no hay esperanzas,
menos para lo eterno
No hay mano en el brazo;
ni 45 disponible para el disparo

Solo estoy yo,
la ubicuidad de mi cuerpo y
tu espalda en la arena


Diagnósticos

Basta conocer tan poco. Muchas veces el exceso de palabras es lo que sofoca la relación. Solo háblame de tus defectos: los peores que tengas, eso me hará feliz.Solo cuéntame, serena, los momentos de tristeza para secarte el llanto.

Dime qué extrañas en demasía y tu próxima reacción será la adivinanza de un niño.

Predecir es tan sencillo cuando se carga con el alma de psicólogo. Pero ¿quién te crees tú?- se erigía una voz en el silencio. Acaso duele demasiado la sinceridad del verbo cuando azota tu rostro. Acaso puede más el orgullo mundano bajo la máscara de la alegría fingida.

Muchas veces me detengo y analizo esta odiosa habilidad y casi manía enfermiza de analizar a la gente. Todas aquellas personas que de alguna manera u otra me interesan. Qué divertido es hacerlo! Y al avanzar más y tener el contacto más cercano me doy cuenta de que la correspondencia entre la realidad y la ficción se corresponden.

No hace mucho tiempo atrás me tope con una vieja señora que en alguna medida se jactaba de esta habilidad.Contaba una historia no muy interesante que digamos. Algo acerca de la odiosa burocracia estatal; cuando de súbito giró sobre sí y me miró con fijeza, al instante sentí como sus ojos querían traspasar los míos a través de mis pupilas, pero se bloqueaban. Eran unos hermosos ojos oscuros tan oscuros que se perdían en la inmensidad de su cavidad ocular.

Saliendo de escena me dí cuenta que tenía que hacer algo con esta vieja. Quizá hablar un poco acerca de lo que ella cree que es una habilidad infrecuente y pocas veces errónea. Tal vez quiero que me ayuda a comprender cierto período de mi vida en el que se perdieron muchas cosas entre ellas mi memoria y las respuestas que aún estoy buscando en el tiempo.

Apariciones inesperadas

Son  pocos meses de tranquilidad: El conflicto,al menos en mi vida, siempre tiene que estar presente en cualquiera de sus formas. Muchas personas dicen que la costumbre puede jugar en favor; otras tantas se inclinan a pensar que podria reforzar un sentimiento que no existe. Claro está, hay excepciones distribuidas segun vanidades personales.
Me doy cuenta que para este servidor no funciona las agobiantes horas de compañía, mucho menos de hipocresía; siendo todo lo lascivo que puedo ser tropiezo con el hecho de que hay  mujeres para la lujuria plena y otras que no le son de absoluta utilidad a esta practica de primer orden.
Alguién olvido crear esa parte de perfección en el mundo. Cuando las cosas no van sobre ruedas es mejor decir basta y dar media vuelta. Aunque la que haga frente piense que hay alguien más, mientras que en su mente atribulada sea consciente de que lo que hizo fue insuficiente o excesivo. Para todo aquello exista innumerables frases con sonido a excusas.

A pesar de todo soy yo. Me cuesta compartitr lo que es mío por más tiempo de lo que imagino, gastar mas dinero del que dispongo y asistir a un rito que no es el mío. Es momento de decir adiós.

Ross

No se que está pasando. Ya de por sí mis días eran un albur; contigo lo son más. No perdí la cabeza -en ningún momento- mantengo lo que soy, aquello en lo que pienso y qué es lo que busco a pesar de no saber qué es lo que pasará conmigo el día de mañana. Siempre estoy intentando que no te acostumbres a la idea que permaneceremos cerca y que tus sueños permanezcan siendo abstracciones del futuro inútil.

Hagamos algo práctico, bella Ross: evitemos embriagarnos del sentimiento compartido, apartemos nuestras manos un instante y recorramos esos senderos imaginarios que estamos tejiendo cuando enfrentamos las pupilas, cuando respiramos el mismo aire. No seré yo quien juzgue cómo quieres ver lo que pienso, lo que soy y cómo actúo. No me juzgues por ser un hombre sin Dios. No me juzgues por no respetar héroes inútiles. Sólo proveele a mis sentidos lo que no pueden tus palabras.

Déjame la impresión de haber cumplido cuando no esté y si no lo hice volteame la cara con la sucesión de tus gritos. Te das cuenta por qué no quiero retratos, yo regalo momentos que se instalan en el alma algo que el papel no soporta y que el tiempo no toma en cuenta

James

James había regresado de New York: La casa que dejó años atrás no era la misma, ésta permanecía habitada por la ausencia de muchas cosas. Las antiguas fiestas romanas no regresarían jamás. Los buenos amigos que tuvo cuando niño, se habían marchado de su lado el día en que decidió partir y tomar un rumbo desconocido por todos. No estaba ni el perro que le meneaba la cola cada vez que llegaba a casa o cuándo salía de prisa hacía algún lado. No estaba y era lamentable que ya no hubiera nadie.
Muchas cosas quedaron a medias cuando partió: La casa quedó por pintar, fueron pocos o casi nadie los amigos de los que se despidió, dejo frases sin ser interpretadas y la creencia de que algún día volvería para hacer acto de contricción y culminar todo lo que abandonó.
Ahora las cosas son irremediables: Aquella chica de la cual siempre estuvo pendiente ya no está, al menos para él., ya no; los amigos que creyo suyos dejaron el juego de la pelota; el futuro prometedor que le vaticinaban, hoy es un fiasco.

T.O.B.E.D.I.F.F.E.R.E.N.T

 Siempre que puedo entro en elucubraciones. A veces solo, a veces en compañía. Hablamos extensas horas sobre qué sentido tiene estar perdiendo continuamente. Lamentablemente, las respuestas no gozan de afectividad en el discurso.

En estos días tengo una idea en la cabeza, una que no puedo sacármela aunque haga demasiadas cosas durante el día y durante la noche. He caído en la cuenta de que tengo manías extrañas para muchos. Hay demasiadas cosas que no me gustan de la vida y unos pocos gramos que captan mi atención sobremanera.
Para dar algunos ejemplos: Cualquier ser urbano toma gaseosa, consume fast foods, gusta de musica popular y viste chompas en épocas de invierno; yo no. Siempren me dicen que soy un caso especial, casi un freak; no sé, talvés es mi estilo. Así mismo, antaño me atraían aquellas mujeres entrada en carnes; hoy no. Pero por su puesto no está mañ tomar un bocado siempre que se pueda. A pesar de todo hoy tengo otras prioridades, otro ritmo, otro rumbo cada un diferente del otro.
Adiós Diana, Lorena, Melissa, Sofía, Karla... nunca las entendí. Lo siento soy así. Talvés ocurrieron muchas cosas de camino a casa, muchas de las cuales no me premitieron ver en medio de lo que estaba y cada una renegaba a su manera porque pensaban que no las entendía. Lo cierto es que yo estaba de regreso, mientras ustedes subían la cuesta.
Tarde me doy cuenta y mucho antes estoy perdiendo lo que no tengo. Quisiera asegurar que, aunque no sé si tendría sentido, aquella carta de puño y letras estaba marcando un etapa de mi vida. Aquella que fue lanzada a la basura sin siquiera haber sido leída ¿Qué culpa tenía? No sé y creo que pasaré el resto de mis días tratando de entenderme de mios actitudes añejas y las que permanecen hoy día...
Última partida
Antes de que te vayas
ya me habré ido
Antes de que me vaya
 intentaré coleccionar lo que pienso
Talvés mañana no seré el mismo
quizás huiré de mí mismo
Y apesar de lo que quiera
para tus mejillas
ya no estarán las mías
Cuando no esté y me haya ido
algunas frases joputas permanecerán pendidas
otras tantas me las reservará el sino

Cuándo se acabó

El otoño no es el mismo desde que cada quien tomó el rumbo que desde un principio le pertencía. Aquel Mayo está inserto en mi mente, cual duda imperecedera, latente, eternamente punzante.
S. tenía más defectos que virtudes. Yo tenía cada vez menos paciencia para corregir sus defectos y trtar de hallarle alguna virtud. Y quién eres tú para corregir errores? Muchas veces me pregunto a mí mismo desde mi lado más impersonal que de costumbre. A pesar de todo y, aunque me da cierta pena hablar de situaciones sentimentales, en más de una ocasión debe haber siquiera un punto de encuentro entre dos almas discordantes.

Escribo hoy desde mi faceta más crítica de lo que pudeo habernos pasado a lo largo de esos más de tres meses en los que decidimos, constantemente, tratar de ignorar tantas cosas y replicar otras tantas con palabras de sinceridad hiriente. En un principio creía estar convencido que lo que uno siente es eterno en la medida que va tomando forma con el tiempo; me refiero que aunque ya no se mantnega la presencia, lo que queda es lo que sientes.

Hay etapas de la vida, incluso en el caminar diario en el que uno no se detiene y, con frecuencia, se es irreflexivo e intempestivo. Como diagnóstico diría que lo que nos movió fue nuestra profunda incompatibilidad, esos deseo profundos de tomarnos el uno al otro en más que lo físico. Pero siempre uno de los dos queriendo entender y el otro evitando ser analizado.

Si nuestras cabezas no se acercaban a los razonamientos, tampoco a la irreflexividad. En las múltiples frases hirientes encontré mi lado más fuerte, mientras tu continua pose de mirada de desatención eran la suma perfecta de lo que te falta para comprender al que está al lado. Esa condición errática que  en un principio me gusto; con el tiempo se convirtió en el pretexto perfecto para plantearnos la pregunta que sucede a toda relación...

Regresando

Todavía no me siento relajado;
acabo de escapar de la tormenta,
acabo de salvarme de esa mierda que consideran alimento:
pollos bañados en colesterol,
bebidas de sabor artificial,
mezcla de enfermedad, agotamiento
y abatimiento.

¿Qué delito cometí?
acaso ser el bicho en medio de la estultez,
tener manías diferentes y
casi exasperantes para el común de los mortales,
o más bien no manejar los mismos juicios de valor
de la homogeneidad de sus mentes limitadas.

Hay quienes prefirieron seguir el rebaño autodestructivo,
hacer la mezcla nociva para sí mismos:
picar de esto o aquello,
ir engulliendo lo que se le atravesara en la mirada,
la boca y el estomago.

Qué maleficio el de nosotros seres casi autogestionarios,
degenerantes y autodestructivos:
transitar bajo los cielos de frías temperaturas,
mantenerse despiertos en noches de sofocante sueño y
alimentarse de aire en menos de una semana.
La que amo y la que odio

Estoy recuperandome de lo inútil.
Intento comer sano,
está presente esa mierda plástica.
No aguanto!

Me entra la decepción una y otra vez.
viene acompañada de desesperanza,
a la vez que de desesperación.
Vuelvo a casa.

Lima es mi amor y mi odio.
El resto del país no es Lima.
Si lo fuera sería repelente,
incluso aburrido.

Me aqueja la vida y
todo aquello que se produce para restarle importancia.

Vuelvo a Lima:
necesito  levantar el trasero.
Doce horas, trece, veinte más.
¿Cuándo se acaba la carretera?
Extraño mi almohada,
mi viejo rincón,
un maldito libro,
sus hojas.

Llegué a Lima hace dos días:
estoy odiando el maldito tráfico,
sus sucias calles,
su fauna poblacional.

Por fin puedo hallar un restoran de comida sana
o al menos asi lo creo,
atrás quedan aquellos días de arroz chaufa,
pollos a la brasa y papas infladas.
Acabo de regresar de la vida real... y resuena en mis oídos tu silencio: hoy no me fue bien.
De súbito, ayer cuando estaba sobre mi cama, pensando, -para decirlo de alguna manera- una cantidad increíble de interrogantes cruzaban por mi mente... y es que esto es así. Muchas veces uno vive de las posibilidades, unas son tomadas y otras no. Yo tomé una hace unas semanas.
S. era una de esas chicas pelotudas, sosas, lerdas, pero muy ambiciosa. Desde que llegó a mi encvuentro, o yo al suyo, siempre la odié. Le miraba a los ojos, a fin de tratar de encontrale algo bueno, pero era imposible. Si bien tenía una increíble facilidad para hablar en términos que estaban prohibidos y lo hacía con toda la reticencia posible y yo no sé por qué avanza.
Mis veinte años no bastan para odiarla. A pesar de eso decidí acercarme. Fue una tarde en la que el sol jodía demasiado y el viento jugaba su papel inútil. La clase confabuló para que cruzaramos palabras y yo llené su vida de pos-its. Pienso en las múltiples cosas que hubieran pasado si esa tarde no hubiera articulado -siempre brillante; piensa en otras tantas posibilidades y no encuentro más explicaciones: las cosas por algo suceden.
Ahora estoy con ella -estar es una convención-, Es mejor decir estoy esperando ese gran momento en el cual los hombres se aligeran y las mujeres no hacen otra cosa que atinar a morder algo o asolar el silencio con los gemidos: Me la voy a coger y lo que ahora es una hipótesis va hacer una verdad irrefutable. Mientras sea lo tonta que es yo voy a seguir un paso adelante, pues no la amo. Y ella lo sabe.
Sé también que ella es de las que les gusta probar sustancias, de las que coleccionan riesgos y de las que siempre terminan sufriendo. Menos mal que ya estoy curado de esas situaciones anómalas. La situación seguirá siendo perfecta si ella continúa con su pose amorosa y yo con mi talante fingido. Soy muy estable sentimentalmente como para darle demasiada importancia a una relación que se que no se mantendrá en el tiempo, es que no puedo amar con mis veinte años. Prefiero seguir experimentando.

S. es una hipótesis

Acabo de regresar de la vida real... y resuena en mis oídos su silencio: hoy no me fue bien.
De súbito, ayer cuando estaba sobre mi cama, pensando -para llamarlo de alguna manera- una cantidad increíble de interrogantes cruzaban por mi mente... y es que esto es así. Muchas veces uno vive de las posibilidades, unas son tomadas y otras no. Yo tomé una hace no mucho tiempo.
S. era una de esas chicas pelotudas, sosas, lerdas, pero muy ambiciosa. Desde que llegço a mi encvuentro, o yo al suyo, siempre la odié. Le miraba a los ojos, a fin de tratar de encontrale bueno, pero era imposible. Si bien tenía una increíble facilidad para hablar en términos que estaban prohibidos y lo hacía con toda la reticencia posible y yo no sé por qué avanza.
Mis veinte años no bastan para odiarla. A pesar de eso decidí acercarme. Fue una tarde en la que el sol jodía demasiado y el viento jugaba su papel inútil. La clase confabuló para que cruzaramos palabras y yo llené su vida de pos-its. Pienso en las múltiples que cosas que hubieran pasado si esa tarde no hubiera articulado -siempre brillante; piensa en otras tantas cosas y no encuentro explicación: las cosas por algo suceden.
Ahora estoy con ella -estar es una convención-, Es mejor decir estoy esperando ese gran momento en el cual los hombres se aligeran y las mujeres no hacen otra cosa que atinar a morder algo o asloar el silencio. Me la voy a coger y lo que ahora es una hipótesis va hacer una verdad irrefutable. Mientras sea lo tonta que es yo voy a seguir un paso adelante, pues no la amo. Y ella lo sabe.
Sé también que ella es de las que les gusta probar sustancias, de las que coleccionan riesgos y de las que siempre terminan sufriendo. Menos mal que ya estoy curado de esas situaciones anómalas. La situación seguirá siendo perfecta si ella continúa con su pose amorosa y yo con mi talante fingido. Soy muy estable sentimentalmente como para darle demasiada importancia a una relación que se que no se mantendrá en el tiempo, es que no puedo amar con mis veinte años, cuando mis diez dedos no me lo permiten.

Un grato encuentro con un viejo musulmán

S. me propuso -es un decir- , me coaccionó para que accediera a conocer su "dulce hogar", frase que no es otra cosa que una rebanada de estupidez.Y yo, todo babosón accedí. La  verdad es que yo no quería ganarme broncas por tonterías y menos quedar mal ante un musulmán.
S. me llamó al celular para avisarme a qué hora iba a estar su padre en casa. Lo extraño era que en cuestiones de espera soy insoportable, pero esta vez hice la excepción. Sabía en el fondo que el viejo no era un asesino, al menos pinta de fundamentalista no tenía, al menos no cuando vi la foto que ella portaba en su celular y la cual me mostró "con todo el amor del mundo".
Caí la tarde, era verano aquel día o así parecía. Sentado en el parque frente a su casa como si fuera un extraño... al fin el viejo se digno a llegar en un 4x4. Definitivamente no podía ser otro. Se veía tan distinto a la foto que me mostró S. tenía un parecido a Yehude Simon. Poco después S. timbró denuevo a mi celular, sabía que era ella; además sabía que en el fondo organizaba toda esa patraña para que yo quedara como el mejor enamorado del mundo, pero como dicen nunca hay yerno bueno.Sin embargo, fue todo lo contrario: Departimos algo así como un Baylis, intercambiamos información. Y dentro de ésta el ponía a prueba mi inteligencia constantemente; quería sorprenderme con asuntos de política exterior, cultura y un poco de actualidad. Hasta que decidí dar rienda suelta a mi descortesía y le dije que no estaba de humor para exámenes de admisión, tomando en cuenta que su hija no es la erudita que uno pueda anhelar, con que sirva sobre las sábanas es suficiente. El viejo asintió y lanzó una caracajada y seguidamente me dio toda la razón.
Retomé aliento y le hable de mis supuestas intenciones. Sobre todo puese en claro que era muy promisorio para hablar de intensiones, mejor era que el tiempo se pronuncie en extensión. Déjeme hacer las cosas según me parezcan, ante todo soy un hereje -le dije. El viejo no hacía más que mirarme, como aterido, directo a los ojos. Y todo muy polite para él y tremendamente gratificante para mí... en realidad no es que no sea  musulmán, sino que quiere que su hija viva.
"Las mujeres pueden utilizar sus mamas para hacer callar a los nenes y, cuando grandes, los hombres podemos hacer uso de estos para placeres más descomunales".

Una enamorada y su padre musulmán

Jamás pensé conocer o intercambiar puntos de vista con un musulmán. No se por qué, pero desde hace mucho tengo la idea de que ellos solo sabían lanzar granadas, sostener un AKM o defender su postura fundamentalista En suma llevar una vida al margen de la tolerancia y evitar poner las barbas en remojo, auqnue sea por segundos.
Ahora pienso diferente, auqnue todavía guardo conmigo cierto recelo. Él, el padre de mi enamorada: el musulman, parece un tipo apacible, respetuoso de mis ideas y de mi posición herética ante la vida. Nos hemos reunido en tres oportunidades.
Antes de tener el primer contacto, me sumergí en la Internet a fin de averiguar todo lo posible en cuanto a qué significaba ser musulmán ante los ojos de los demás y ante su propia mirada. No tarde en hallar abundante información acerca del tema: desde aberraciones hasta sectarismo. Incluso llegue a leer EL Corán y a partir de esa experiencia he intentado ponerme bajos sus carnes, bajo sus prejuicios y bajo su moralidad. Puedo resumir mi grata experiencia diciendo que la verticalidad en el tratamiento favorece integramente a los hombres... que placentera vida que llevan estos compadres.

También odio a las que fuman para hacerse ver

No hace mucho advertí que el sentido de meterse sustancias al organismo no tiene efecto placentero en mí. Cuando cruzo una acera y por mi lado se cruza un repudiable fumeque con un pucho en la mano; me entran unas ganas de arrancarle la boca con la mano.

Hay una profesión al cigarrillo, una que se ha sembrado de cuando uno es adolescente. Fumar un pucho es rebeldía para todos los que tienen una cabeza de dimensiones espectaculares para el minúsculo cerebro al que albergan.

Fumar un pucho es distinto a meterse sustancia más tóxicas, meterse un falso es diferente. Un pucho se mete cualquiera, un falso se mete el que tiene un poco más de plata y unas ganas más intensas de acelerar su vida o adelantar su caída, su deceso.

Los fumeques de 30 centavos son distintos de los de 30 peniques. Los primeros no saben lo que es un cigarro; los segundos sí. Los primeros saben que se joden los pulmones, los segundos también. Los primeros no tienen plata para un transaplante, mientras los segundos tienen más posibilidades de practicarse uno.
Paso por alto a los fumeques baratos y a los de un nivel más alto, también. Con tal de que no se crucen por mi camino. Odio a las pendejas que fuman para hacerse ver. Se hacen ver y se cagan la vida.

Hay personas que a uno no le simpatizan asi se le pagara para que sean aceptadas. Una de esas personas se es Mariella... esta nena es insoportable, es una de esas pendejas que fuma para hacerse ver. Posa su enorme trasero en las banquetas de la Javier Prado, enciende un cigarrillo e inicia su rito, bocanada tras bocanada, inhala el humo y se queda con un porcentaje en lengua y exhala el resto, se hace notar. Es una de esas personas a la que la vida no le ha proveído de suficientes experiencias con el sexo opuesto. Pero ella, ilusa, cree que va a encontrar alguién con esa actitud... es la paranoia en persona..
Las mujeres también odian a este tipo de pendejas. Unas creen que tienen voz de camionero, otras aceptan que son unas pendejas que lo hacen, pero no se dejan ver; y tantas otras aceptan que no saben prender uno y que las hace ver mayores.

Una loca desnuda

Es bueno estar perdido de vez en cuando. Permanecer en estado de somnolencia o alguna especie de hemiplejia, es así: Ayer mientras retornaba a casa abordo de un bus, ocurrió una situación ante la que creí estra preparado, pero es imposible estarlo en un país ensombrecido por el vicio del 'recato'.
Posaba una mujer cuarentona de pelos leoninos en uno de los asientos del bus. Y digo posaba porque prácticamente cualquiera de los ocupantes se podía convertir en una especie de fotógrafo de ocasión ante mágnifico evento. Esta situación pasaría desapercibida de no ser porque la 'señora' tenía unos senos descomunales; unos para la que no me alcanza el recuerdo, o sea, la memoria. 
Aquella 'señorona' mostraba sus senos desnudos con un descote impresionante, unos senos ante los cuales todo aquél que abordara 'mi bus' se sentiría abrumado. Bastaba observarles la cara de sorpresa a cada uno: viejos de mirada aterida y en expresión de interrogante eterna y jóvenes, un poco menos evidentes, pero igualmente deseosos de observar el evento.
Ella, seguía allí, sentada. Sabía que todos le miraban los senos desnudos -parecía una loca-. Ella, a la que le importaba muy poco que le miraran los senos, mantenía una conversación demasido coqueta no se sabía con quién, pero más que con palabras era con caracajadas. Si no era una ruca, no era de estos lares: mostraba todo el desparpajo que le daba la vida. Más que sus senos era su facha, parecía un loca , una loca caída desnuda.
"Gallina vieja da buen caldo. Gallo viejo, buena sopa" Vox Populi
"Las mujeres se cuidan mucho al momento de mantener vigente el mito de la virginidad; pero al momento que la pierden se termina la eterna parafernalia"
"Al pan, pan; al pene, pene"    O.D.Westreicher.
"Se tiene lo que se merece... Muchas veces, pero no siempre"

El día que volvimos a tomarnos las manos

Jesús Maria, un día del cual me acuerdo, pero no con precisión.
Sofía era una de las chicas más hermosas y más tímidas que yo haya conocido durante mi niñez. Nosotros solíamos pasar las horas de verano entre las calles del barrio y los cálidos pasisajes de Chaclacayo. Te conocí a pena ingrese a unas de esas abominables escuelitas religiosas de por allí. Compartíamos el lápiz, la carpeta; a veces la mochila y hasta el cuaderno. Y conforme fueron pasando los años, los pensamientos. Lo que más adoraba de tu figura eran tus rizos: no me cansaba de jugar con ellos. Era un incansable y molestoso niño.

El tiempo en la escuela transcurrió más rapido que los últimos veranos de nuestras vidas. De aquellos tiempos mantengo el recuerdo de tu almohada, de tus sabanas de colores, de tu estúpido poster de Porky tras tu puerta y el espectacular Platiní sobre tu cabecera. Si había algo que siempre hemos compartido toda la vida, esto ha sido la pasión por el deporte y el amor por el fútbol. A pesar que muchas veces creí que tu fascinación era patear mis canillas antes que el balón...