Escribir con sueño


Hay actitudes que no le dejan a uno en paz. La mirada desdeñosa, el balbuceo de un estúpido, la ignorancia del común denominador y otras tantas que no vale la pena recordar. Sin embargo, es necesario anotar que lo extraño en este pasaje de la vida es escribir en sueño, tomar el teclado y empezar a deletrear y caer dormido...parpadear de rato en rato y saber que la idea del inicio va mutando cuanto más avanza el estado de somnolencia y se escriben mejores y más sublimes cosas que cuando uno está con la mente lúcida. simplemente despejada. Y es que quizá sea mejor -en otros tiempos- vivir en estado de somnolencia como en aquellos tiempos en los que se creía que la vida es sueño y cada pasaje de la historia que se escribe es un parpadeo entre la almohada y la mente, las horas de sueño y la batalla contra el tiempo de permanencia. Escribir con sueño es similar a mantener la mirada perdida, escribir con el lapicero de cabeza y en estado de desconocimiento del alfabeto.

Las letras de una mujer


Las mujeres son armas poco eficientes. Son lo que podrían ser pero no se atraven a ser y por ende solo letra, letra muerta.
Hace poco menos de una semana conocí una de las mujeres más interesantes que un hombre puede conocer. Una de esas féminas con alma de bastarda: Su cabello era del tamaño de su inteligencia y del color de la lucidez de sus ideas -por favor no me hables, le dije. Ella insistió con sus recuerdos, ese manía destructiva que tienen algunas mujeres por contar penas, fracasos, deseos esotéricos y casi de alcoba. Ahora que la recuerdo me doy cuenta de que era una mujer feliz entre sus fracasos; entre los cuales contaba cosas tan simples como pintar con los crayoles. Contaba por decenas sus penas y se las guardaba en un santiamén. Derramaba algunas lágrimas y el viento no tardaba en borrarlas, y sentía resignación por el color de sus ojos (verdes preciosos) y nostalgia por su condición de mujer, aun sin parecerlo. Y no es más que una mujer vulgar dentro de las carnes de una dama que más encanta cuando se marcha y sonríe de perfil mostrando esa fina voluptuosidad.

¿Alumno inteligente?


Por qué la predilección por el alumno ¿inteligente?... Los malditos profesores hacen una ofensa con la indiferencia hacia aquellos que cree poco hábiles, creyendo que la inteligencia se lleva y está a disposición cuanto más cerca del profesor te encuentras. Sin embrargo, hay que ser cojonudo para mantenerte lejano; es mejor destacar manteniendote alejado del maestro ¿acaso conviene estar más cerca? eso se llama sobonería...Más y mejor se aprende de los libros que de dinosaurios.