Diagnósticos

Basta conocer tan poco. Muchas veces el exceso de palabras es lo que sofoca la relación. Solo háblame de tus defectos: los peores que tengas, eso me hará feliz.Solo cuéntame, serena, los momentos de tristeza para secarte el llanto.

Dime qué extrañas en demasía y tu próxima reacción será la adivinanza de un niño.

Predecir es tan sencillo cuando se carga con el alma de psicólogo. Pero ¿quién te crees tú?- se erigía una voz en el silencio. Acaso duele demasiado la sinceridad del verbo cuando azota tu rostro. Acaso puede más el orgullo mundano bajo la máscara de la alegría fingida.

Muchas veces me detengo y analizo esta odiosa habilidad y casi manía enfermiza de analizar a la gente. Todas aquellas personas que de alguna manera u otra me interesan. Qué divertido es hacerlo! Y al avanzar más y tener el contacto más cercano me doy cuenta de que la correspondencia entre la realidad y la ficción se corresponden.

No hace mucho tiempo atrás me tope con una vieja señora que en alguna medida se jactaba de esta habilidad.Contaba una historia no muy interesante que digamos. Algo acerca de la odiosa burocracia estatal; cuando de súbito giró sobre sí y me miró con fijeza, al instante sentí como sus ojos querían traspasar los míos a través de mis pupilas, pero se bloqueaban. Eran unos hermosos ojos oscuros tan oscuros que se perdían en la inmensidad de su cavidad ocular.

Saliendo de escena me dí cuenta que tenía que hacer algo con esta vieja. Quizá hablar un poco acerca de lo que ella cree que es una habilidad infrecuente y pocas veces errónea. Tal vez quiero que me ayuda a comprender cierto período de mi vida en el que se perdieron muchas cosas entre ellas mi memoria y las respuestas que aún estoy buscando en el tiempo.